La jornada cotidiana de los tapatíos daba comienzo con la
visita a la iglesia para hacerse uno de la comunidad católica en la mis;
después la dedicación al trabajo era lo siguiente.
Ocasionalmente la vida cotidiana se interrumpía para dar
paso a lo excepcional proporcionado otros espacios: como el atrio del templo,
un teatro, las salas de recepción de las casas principales o el gran salón de
palacio de gobierno.
Los bailes registrados revelaban un protocolo social que
indica la comportamiento adecuado para reunirse en los espacios privados; lo
que incluía las denominados “buenas maneras”, los modales que definían a la
buena crianza.
Los paseos se llevaban a cabo en la plaza principal y la jerarquía
social definía la utilización de este lugar. Donde la caminata alrededor del
Kiosko en el perímetro interior y más amplio giraba la aristocracia, en el perímetro
exterior hacían lo propio la clase media y el pueblo bajo.
Una doncella debía de aprender a comportarse en la sociedad
de acuerdo a su edad y su condición virginal y de soltería, convivía con
ciertas reglas para hablar, moverse y vestirse como el comer de acuerdo al lugar,
la ocasión y la persona.
En esa época se acostumbraba que los comercios se agruparan
en alguna zona específica de la ciudad, como también los primeros arcos de Guadalajara
se encuentras actualmente enfrente de palacio de gobernó
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